Podemos definir como Desarrollo Sostenible a un sistema global de procesos tendientes a satisfacer las necesidades actuales sin comprometer el bienestar de futuras generaciones, este sistema debe fundamentarse en ser económicamente rentable, socialmente justo y ecológicamente equilibrado.

Ser económicamente rentable implica promover la generación de riqueza a través de procesos equitativos que no perjudiquen la integridad de los recursos naturales. La sostenibilidad busca generar recursos económicos que sean invertidos y repartidos de forma igualitaria.

Ser socialmente justo implica generar procesos de desarrollo participativos (personas, comunidades y culturas) garantizando estándares adecuados de calidad de vida. La equidad de género, es uno de los fundamentos de la sostenibilidad social.

Ser ecológicamente equilibrado implica tomar consciencia de que la naturaleza no es una fuente inagotable de recursos y la necesidad de realizar acciones para su protección y uso racional. La sostenibilidad incluye el cuidado del ambiente, la inversión en energías renovables, el ahorro de agua, la movilidad sostenible y la innovación en construcción y arquitectura sostenible.

El Desarrollo Sostenible aparece como término por primera vez en 1987 en el Informe Brundtland, llamado tambien “nuestro futuro común”, buscando concientizar sobre los impactos ambientales generados por el crecimiento poblacional, la globalización y el desarrollo económico. 

Iniciando así una tendencia a nivel mundial que promueve la formulación de alternativas de solución a la problemática identificada.

La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible, o Cumbre de la Tierra de Río 20, se centrará en dos temas: 1) economía verde en el contexto del desarrollo sostenible y la erradicación de la pobreza y 2) el marco institucional para el desarrollo sostenible.

El desarrollo sostenible se constituye actualmente como el principio rector para el desarrollo mundial a largo plazo.